lunes, 7 de julio de 2014

La carrera científica es genial

Últimamente veo muchos artículos sobre la mala situación de los científicos. Al mismo tiempo hay infinidad de campañas prociencia que se basan demasiado, en mi opinión, en resaltar lo mal que lo pasamos los que nos dedicamos en la ciencia. Un ejemplo es la campaña Apadrina un Científico. Uno de esos artículos lo he visto hoy por Facebook, y se titula: Los 8 males del profesorado universitario: "es uno de los trabajos más tóxicos que existen". En el artículo vienen datos como que "el 83.6% del profesorado sufre estrés crónico". Este dato viene contrastado por este otro: "Un profesor titular (y conozco no a uno o a dos, sino a muchos) puede tirarse, no tres años, sino toda una vida sin dar un palo al agua, excepto prepararse sus horas de clase semanales, corregir exámenes y punto". Imagino entonces que los deprimidos son los que no son titulares. Curiosamente, luego el artículo menciona y discute muchos temas interesantes, como el enchufismo y la endogamia, y propone cuestiones totalmente aceptables como una mejor valoración de la calidad científica. Sin embargo, a primera vista daría la sensación de que es mejor estar picando piedra que ser científico. 

Yo debo de ser un bicho raro, porque mi opinión sobre mi trabajo es totalmente diferente. El trabajo del científico es genial, y precisamente ese es el problema, es tan genial que mucha gente lo quiere y eso crea competencia. La competencia en sí no es mala, en todo caso hay que quejarse si se considera que un método de selección no es apropiado o si la financiación es insuficiente, pero el hecho de que haya más gente que quiera ser científica que plazas es algo bueno. Sólo así se puede seleccionar a la gente más válida. Nunca me cansaré de repetir que el hecho de ser doctor no te otorga derecho a ser profesor, porque puede haber otros doctores mejores que tú.


No quiero dar tampoco una sensación equivocada. A mí me encanta mi trabajo, pero es duro. He pensado en más de una y de dos ocasiones en tirar la toalla y buscar otra cosa. Soy plenamente consciente de que volver a España me va a costar mucho, y no cierro la puerta a cambiar de oficio. Eso sí, si lo dejo será con todo el dolor de mi corazón. Ha habido días en los que he llegado a casa con ganas de mandarlo todo a la mierda. Algunos no tan lejanos. Pero en general me encanta mi trabajo. Creo que es evidente que ningún trabajo te va a gustar el 100% del tiempo, todos tendrán días buenos y días malos, pero yo no me veo haciendo otra cosa. 


1. Es un trabajo creativo


Creo que aquí no hay que explayarse mucho. Imagino que habrá quien le guste un trabajo creativo, y quien prefiera uno más mecánico, pero si lo tuyo es la creatividad, no hay trabajo mejor. Por supuesto no tienes libertad de hacer absolutamente lo que quieras, pero tienes mucha más libertad que en cualquier otro trabajo.


2. Viajas mucho


De nuevo, esto depende de si te gusta. Para mí es lo mejor de mi trabajo. A día de hoy he vivido en Austria (Viena e Innsbruck), ahora en Estados Unidos (Cambridge) y el año que viene estaré en Singapur. Espero volver a España al año siguiente, y ya quedarme, pero esta experiencia no me la quitará nunca nadie. Eso sin contar congresos o visitas a grupos, con los cuales he visitado infinidad de lugares como Roma, Isla di Capri, Munich, Lisboa, Freiburg, Berkley...

3. Tienes bastante libertad de horario


Esto también es genial. Sin caer en el caso que menciona el artículo anterior, de profesores titulares que dan sus clases e inmediatamente se van a casa (todos hemos visto casos así), siempre puede más o menos adaptar tu horario laboral a tu vida personal. Que nadie se confunda, la mayoría trabajamos como mulos. Yo el mes y medio pasado he estado echando unas 10 horas al día, fines de semana incluidos. Ahora en verano he optado por un horario intensivo y salgo del trabajo a las 3pm. Si tienes niños o cargas familiares esta flexibilidad de horarios es lo mejor que hay.

4. Es un trabajo con bastante reconocimiento


Esto pasa en España, pero en ciertas partes del extranjero es mucho mayor. En Austria y Alemania, el título de doctor te lo incluyen en el pasaporte, y sólo les falta ir haciéndote reverencias por la calle. En Estados Unidos es menos exagerado, pero también hay bastante reconocimiento. Nunca faltan tampoco premios y galardones para satisfacer el ego de los más divos.

5. Te ganas la vida descubriendo cuestiones interesantes sobre el mundo


Este no lo explico. Si no lo entiendes, es que sin duda este no es tu trabajo. 






3 comentarios:

  1. Muy buena reflexión. No soy científico, pero me hubiera gustado serlo.

    Salud

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  2. Amo estudiar física y cuando trabaje voy a amar mi trabajo, como tú...aunque desde ya me gusta mucho dar clases, me falta la parte de discutir, ser creativa y viajar(aunque ya estoy dando mis primeros pasos), mejor dicho TODO lo bueno hahaha ;)
    Un abrazo.

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  3. Excelente reflexión, sigue pasándotelo genial.

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