Cuando estaba en el colegio, allá en los años ochenta, un
buen amigo me entregó una lista. En ella se encontraban clasificados los
colorantes y conservantes en función de su peligrosidad. Los había "poco
cancerígenos", "cancerígenos" a secas y "muy cancerígenos".
Por supuesto, yo no tenía ni idea de que significaban los códigos
"E-número" que clasificaban estos compuestos, pero bastaba con mirar
los ingredientes de cada alimento y compararlo con la lista para saber si
estabas en peligro de muerte. Estaba firmada por algún organismo que no
recuerdo, pero que le daba un aire serio.
Esa lista fue el primer acercamiento que tuve al
esceptiscismo, o al menos el primero del que tengo memoria. En aquella época mi
padre fumaba y, por difícil que resulte de creer actualmente, yo a veces le
compraba el tabaco en el quiosco. Recuerdo como en la cajetilla venía un
aséptico mensaje, muy alejado de los "fumar mata" o de las
fotografías de hoy en día. Ese simplemente decía: "Las autoridades
sanitarias advierten de que fumar perjudica seriamente la salud". Las
autoridades sanitarias se preocupaban mucho por el tabaco, pero al parecer no
habían recibido la dichosa lista de alimentos cancerígenos. ¿Por qué advertían
del peligro del tabaco y no del conservante E-303 que era "muy
cancerígeno"? También me surgieron muchas otras dudas. ¿Cuál era la
diferencia exacta entre algo "cancerigeno" y algo "muy
cancerígeno"? ¿Quién había preparado la lista? ¿Por qué no simplemente
prohibían esos compuestos? ¿Cómo es que algo tan importante me había llegado
por un compañero del colegio en lugar de salir por la tele? Mis padres
compartían estas dudas y por eso la lista duró en la nevera de mi casa
aproximadamente una semana. En la nevera de mi amigo creo que duró algo más,
unos diez días. Nunca llegamos a saber de donde provenía, ni cómo era de
fiable. Tampoco nos atacó el cáncer a pesar de ignorar las advertencias.
Durante toda mi niñez recibí mensajes similares. Las
calcomanías que te daban con el bollycao (ahora llamados tatoos) podían tener cocaína. Nadie me explicó que ganaba nadie
drogando a niños aleatorios, ni porqué no ponían la cocaína directamente en el
bollycao.
jueves, 22 de diciembre de 2016
lunes, 19 de diciembre de 2016
¿Son las órbitas de los planetas como las pintan?
Todo aquel que haya terminado la secundaria habrá aprendido que las órbitas de los planetas son elípticas, con el sol situado en uno de sus focos.
Para aquél que se le haya olvidado aquí tenemos un dibujo de una elipse. Se pueden apreciar los dos focos y como cada punto cumple que la suma de las distancias del punto a los dos focos es constante (por definición).
viernes, 16 de diciembre de 2016
Nuevas colaboraciones
Recientemente he comenzado nuevas colaboraciones que quizás os resulten de interés.
Primero, con la revista Jot Down Magazine, done he escrito ya un artículo sobre inteligencia artificial.
Y también estreno un nuevo blog entre los Scilogs de la prestigiosa revista Investigación y Ciencia. Este nuevo blog se llama Curiosidades Matemáticas y su carta de presentación es la siguiente: En este blog, como su propio nombre indica, tratamos de aplicar las matemáticas a cuestiones cotidianas y curiosas. Intentaremos hacer cierta la frase de Keith Devlin: "Las matemáticas convierten lo invisible en visible".
La primera entrada se titula ¿Las matemáticas no sirven para nada? Bienvenidos a Curiosidades Matemáticas y es una presentación. Pronto vendrán más posts con más contenido.
Por supuesto, continúa mi colaboración en inglés con el blog Mapping Ignorance. Donde ya llevo más de 20 artículos publicados, incluyendo una serie sobre los últimos experimentos de entrelazamiento cuántico.
Y por último seguirá este blog, por supuesto.
Espero que me sigáis leyendo por muchos años.
Primero, con la revista Jot Down Magazine, done he escrito ya un artículo sobre inteligencia artificial.
Y también estreno un nuevo blog entre los Scilogs de la prestigiosa revista Investigación y Ciencia. Este nuevo blog se llama Curiosidades Matemáticas y su carta de presentación es la siguiente: En este blog, como su propio nombre indica, tratamos de aplicar las matemáticas a cuestiones cotidianas y curiosas. Intentaremos hacer cierta la frase de Keith Devlin: "Las matemáticas convierten lo invisible en visible".
La primera entrada se titula ¿Las matemáticas no sirven para nada? Bienvenidos a Curiosidades Matemáticas y es una presentación. Pronto vendrán más posts con más contenido.
Por supuesto, continúa mi colaboración en inglés con el blog Mapping Ignorance. Donde ya llevo más de 20 artículos publicados, incluyendo una serie sobre los últimos experimentos de entrelazamiento cuántico.
Y por último seguirá este blog, por supuesto.
Espero que me sigáis leyendo por muchos años.
lunes, 5 de diciembre de 2016
Ni de ciencias, ni de letras
Las palabras son muy importantes por muchos motivos. El más obvio es que nos ayudan a comunicarnos, pero hay otros motivos menos evidentes. Las palabras ocupan gran parte de nuestro pensamiento, por lo que necesitamos las palabras adecuadas para tener el pensamiento adecuado. Desgraciadamente, las palabras también forman etiquetas que pueden limitarnos. Como el mundo es muy complejo muchas veces no nos queda más remedio que simplificarlo. Crear etiquetas es a veces algo necesario, pero también es muy condicionante.
Si hay una etiqueta con la que me he encontrado en mi vida, y a la que no le encuentro sentido, es la de "ciencias" contra "letras". Soy científico y profesor, y también dedico una cantidad considerable de tiempo a escribir. ¿Soy de letras o de ciencias? De niño tenía dos sueños. Uno era ser científico (biólogo, como mi tío). El otro era ser escritor y periodista. Dentro de mis capacidades siento que he conseguido los dos.
Hasta el instituto no tuve realmente conciencia de esta separación. Ahí tuve que decidir qué quería hacer, y estudié la rama Científico Técnica. No critico que el sistema educativo te haga elegir. Es algo normal aunque quizás no sea necesario tan joven. Seamos realistas, el mundo es demasiado complejo como para intentar abarcarlo todo. La misma persona no puede ser médico, ingeniero, periodista y filósofo al mismo tiempo, o al menos no podrá serlo a nivel profesional. En la universidad necesitamos alumnos ya con una cierta especialización.
Otra cosa es que esa elección nos condicione y limite para el resto de nuestras vidas. Desde el instituto a este momento he escuchado muchas veces justificaciones de la propia ignorancia de la forma "es que yo soy de letras/ciencias". Eso es lo que no puedo entender, y que creo que es algo que debemos cambiar.
Un científico puede y debe escribir correctamente, y aprender cuestiones como filosofía o historia le pueden ayudar en su trabajo y en su vida. No os toméis esto como un alegato a que todo sepamos de todo. Siendo honestos todos somos muy ignorantes, simplemente ignoramos diferentes cosas. Ahora bien, si escribes con faltas de ortografía intenta corregirlo, no te excuses en que eres "de ciencias". La misma reprimenda se puede aplicar al otro club. Cuando alguien dice que no entiende lo que es un logaritmo porque "es de letras" simplemente está justificando su ignorancia en lugar de reconocerla.
Sin querer entrar en un debate sobre las inteligencias múltiples, yo no dudo que cada uno tenga diferentes habilidades. Yo tengo una capacidad de abstracción razonable, pero una horrible capacidad para dibujar o recordar patrones. Es normal que algo no se nos dé bien, pero clasificar las cosas en dos grandes grupos no es muy útil. ¿Realmente hacen falta habilidades muy diferentes para la sociología que para la biología? ¿Los historiadores no deben aplicar el método científico? ¿Los matemáticos no deben saber expresarse con exactitud y claridad?
Si esta separación es cierta, en mi casa tenemos la suerte de cubrir ambos campos. Yo soy físico y mi mujer pedagoga, así que cada uno pertenecemos a uno de los clubs. Evidentemente, nos consultamos cosas continuamente. Yo le pregunto a ella cómo son los test de inteligencia, y ella me pregunta a mí cuestiones de estadística. Entendemos que cada uno tiene su especialización, pero no consideramos que no podamos entender el trabajo del otro.
Así es como intentaremos educar a nuestros hijos. Con amor a la cultura, sea cual sea, y sin clasificaciones que les limiten. Porque en nuestra casa no somos ni de letras ni de ciencias.
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