jueves, 11 de agosto de 2016

La horrible iniciativa de Izquierda Unida sobre las publicaciones científicas

Leo en los medios que el líder de Izquierda Unida, Alberto Garzón, ha presentado una iniciativa en el Congreso de los diputados. Según la web de IU se trata de "crear un sistema público de evaluación en abierto de la producción científica que acabe con el “monopolio privado” actual". La propuesta no hay por donde cogerla, y demuestra una peligrosa ignorancia en el campo científico, así que vamos a discutirla. 

La propuesta sobre todo se basa en crear un nuevo sistema de publicaciones que nos libre a los investigadores de publicar en revistas que pertenecen a empresas privadas. Más concretamente: acabar con el monopolio que ejercen las empresas privadas Thomson Reuters y Elsevier a la hora de publicar investigaciones científicas en nuestro país. Pretendemos poner fin así al criticado sistema comercial de evaluación actual que marca cómo se investiga en España y que, además, cuesta anualmente millones de euros de dinero público”, y añaden queremos evitar que resultados de investigaciones pagadas con dinero público se publiquen sólo en revistas de acceso privado, en un sistema que prima el inglés y que fomenta unas prácticas investigadoras que arrastran numerosas críticas”. 

Finalmente, la medida propuesta es la siguiente: "La FECYT, como organismo público e independiente, arbitrará un sistema de valoración de la producción científica que permita prescindir progresivamente del índice JCR como criterio para la estimación de la calidad y evite la intervención de empresas externas".

Vamos a ver por qué esto tiene poco sentido. Empecemos por discutir brevemente el proceso de publicación científica. 



El proceso actual


Los investigadores, tanto de ciencias exactas y naturales, como de ciencias sociales y más recientemente de humanidades, nos comunicamos por artículos. Cuando consideramos que nuestra investigación tiene unos resultados suficientemente interesantes como para ser de interés para otros científicos la mandamos a una revista del campo. Las revistas no aceptan todo lo que reciben, y comprueban tanto la corrección de lo publicado como el interés para la comunidad. Para eso se sirven de un método llamado 'peer review', o revisión por pares. Esto consiste en enviar los artículos a otros investigadores para que evalúen su calidad y recomienden o no su publicación. Estos son los llamados 'referees'. En función de los informes de los referees, los editores deciden publicar o no. Los referees no trabajan para las revistas, simplemente son otros investigadores del mismo campo. Así, básicamente los investigadores somos todos potenciales publicadores y referees (para una información más detallada ver la entrada sobre Publicaciones científicas y revisión por pares). 

Un tema relacionado es el Journal Citation Reports, mencionado en la propuesta de IU como algo a evitar. Esto es un índice creado por la empresa Thomson Scientific que pretende evaluar las publicaciones científicas. Esta empresa recolecta y vigila las revistas para ver como se citan unas a otras, y así las cataloga de diversas maneras. La manera más popular es el Índice de impacto. Este consiste en un número asignado a cada revista en función de las citas que reciben sus artículos durante los dos primeros años después de su publicación. Aunque la idea original era simplemente clasificar  y controlar las citas, el índice de impacto fue rápidamente aceptado por la comunidad como una medida de la calidad de las revistas. Así las revistas con mayor índice de impacto se consideran mejores que aquellas que tienen un índice menor. 

La mayoría de las revistas están dirigidas por entes privados, como Thomson y Elsevier. En el modelo de publicación hay ahora dos vertientes. Las revistas clásicas son gratuitas para el investigador que publica, pero las universidades tienen que pagar una cuota por poder leer sus artículos. Otras revistas son de 'Acceso Abierto' (Open Access) y se pueden leer gratuitamente, pero el investigador que publica el artículo debe pagar por ello. Este tipo de revistas se ha popularizado mucho en los últimos años y suele costar entre 1000 y 2000 euros cada artículo publicado.


Críticas al método actual


El método de publicación es muy criticado por varios motivos. Centrándonos en la iniciativa de IU vamos a dividir estas críticas en dos, el precio de las publicaciones y la evaluación de la calidad. 

El precio de las publicaciones es algo muy discutido. La investigación se hace con fondos de las universidades y centros de investigación. Los artículos los escribimos los investigadores en nuestro horario laboral. Los referees somos también investigadores que no recibimos compensación económica por hacer ese trabajo en concreto. ¿Por qué entonces tenemos que pagar por publicar o por acceder a los artículos? Este es un tema espinoso que está siendo muy debatido. Las revistas alegan que tienen que pagar cosas como el equipo editorial, la maquetación de los artículos y los servidores informáticos. Aún así, el precio a muchos nos parece desmesurado y pedimos un cambio de modelo. 

La segunda crítica es la evaluación de la calidad. Desde hace mucho tiempo los artículos son citados por otros artículos para poner la investigación en perspectiva. Más recientemente se desarrolló la idea de que un artículo que tuviera un gran impacto en el campo debería tener muchas citas. Por ese motivo las citas se han convertido en el principal indicador de la calidad de las revistas, los artículos y los investigadores. Así, no cuenta igual publicar en la revista con mayor índice de impacto del área que en la última. Esto fue bastante revolucionario, y también está bastante criticado. Primero, puede dar lugar a malas prácticas, como autocitarse o citar a amigos para subir los índices. Segundo, tampoco es cierto que una publicación en una revista buena como Nature sea necesariamente mejor que una en una revista menos importante. Esta última crítica yo la comparto menos, ya que conozco como funcionan las revistas con alto índice de impacto y las de bajo. Si bien es cierto que un artículo concreto de Nature puede ser peor que otro de otra revista más mala, sí que os garantizo que de media las publicaciones de las revistas de alto índice de impacto tienen más repercusión que las de menos. 

Como respuesta a este mejorable método de evaluación han salido propuestas como Declaración de San Francisco, y Declaración de Berlín. La primera trata sobre la evaluación, y defiende que hay que evaluar los artículos individualmente en lugar de centrarse en los índices de impacto y citas. La segunda defiende que todas las publicaciones deben ser de acceso abierto. 



Por qué la iniciativa de Izquierda Unida no tiene sentido


Como ya hemos dicho el problema existe, y el método de selección y publicación es mejorable. Sin embargo, eso no quiere decir que cualquier cambio sea para mejor. Existe mucho margen para empeorar y eso es lo que pretende la iniciativa propuesta. Estos son los principales motivos por lo que la considero contraproducente. 


Renegar del inglés en el siglo XXI es anacrónico

La iniciativa dice que "queremos evitar que resultados de investigaciones pagadas con dinero público se publiquen sólo en revistas de acceso privado, en un sistema que prima el inglés". Que el sistema prima el inglés es obvio e indispensable. Si volvemos a la moda que había hace 50 años de publicar en nuestro idioma estaremos volviendo a tiempos oscuros en los que los científicos españoles no pintábamos nada en el panorama mundial. Mis últimos tres artículos han sido publicados con dos colaboradores chinos, uno indio y una búlgara. ¿Cómo íbamos a hacerlo en algún idioma que no fuera el inglés? 


Frena la movilidad

Yo hice mi doctorado en la Universidad de Granada, que es la misma en la que trabajo actualmente. Eso no quiere decir que no haya salido nunca. Desde de mi doctorado he estado afiliado a 5 instituciones  de tres países (Instituto de Óptica Cuántica de Viena, Instituto de Óptica Cuántica de Innsbruck, Universidad de Innsbruck, Instituto Tecnológico de Massachussets, Universidad de Singapur de Tecnología y Diseño y Universidad de Granada). A ellas llegué con mis publicaciones en revistas JCR. Si ahora cambiamos el sistema de publicaciones para crear uno propio ya nos podemos ir olvidando de esto. Si los nuevos doctores españoles dejan de publicar en revistas serias y empiezan a publicar en un sistema propio, y en español, ya no podrán salir a formarse fuera. Eso sería el fin de la investigación española. 

Esto no significa que no haya que buscar un mejor método, pero hay que buscarlo globalmente. La Unión Europea ya está trabajando en eso. La UE en bloque puede permitírselo, un sólo país no. 


Igualmente frena la captación de talento

Esto es un problema cotidiano en España debido precisamente a este tipo de medidas. Para ser profesor te tienes que acreditar. Eso es un trámite que dura meses, por lo que un extranjero es muy improbable que lo haga por si en el futuro decide venir aquí. El resultado es que un premio Nobel que quiera venir a trabajar a España no puede, y tenemos que conformarnos con lo que tenemos ya aquí. 

Esta nueva propuesta va en esa dirección. Si la evaluación es local, ¿cómo evaluamos a un extranjero que sea brillante y quiera venir a España a trabajar? ¿Y a los famosos "cerebros fugados"? Al final será potenciar contra lo que llevamos años luchando, la endogamia. 


No viene con un desarrollo económico 

La iniciativa se supone que trata de ahorrar dinero público (o no dárselo a empresas), pero como no lo detalla bien puede salir más cara. Si cambiamos el modelo privado por uno público tendremos que crear una agencia y contratar a gente para que realice la nueva evaluación. Es posible que los investigadores tengamos que dedicar tiempo de nuestro trabajo a la burocracia pertinente. Eso es una manera de gastar dinero público, ya que nuestros salarios no irán a investigación o docencia, sino a burocracia. ¿Al final ahorraremos dinero? Parece que lo dan por hecho, pero es no es en absoluto claro. Da la impresión de que parten de un dogma, "lo público mejor que lo privado", y a partir de ahí lo sacan todo. Sinceramente, creo que los ciudadanos nos merecemos una mejor explicación sobre el uso que pretenden dar al dinero de nuestros impuestos. 


Tampoco viene desarrollada la propuesta

¿Cómo van a evaluar la investigación? Si según ellos la ciencia es excesivamente competitiva e individualista (cosa que es falsa, hoy en día hay más colaboración que nunca), ¿por qué lo van a cambiar? Como ya he dicho el sistema no es perfecto, pero aún puede ser peor. ¿Tenemos que confiar en que saben lo que hacen aunque no lo digan? Además, es contradictorio que critiquen el "individualismo" y al mismo tiempo propongan aislarnos de nuestros colaboradores. 


La ciencia española necesita más seriedad y menos "ideas felices"

Esto es el pan nuestro de cada día. Tenemos un sistema imperfecto, alguien nuevo llega y tiene una idea feliz, también imperfecta. La implanta y tardamos unos años en adaptarnos. Llegan otros y vuelta a empezar. Lo que necesitamos en cuestiones como ciencia, educación o sanidad es estabilidad. No hay que reinventar la rueda. Que nos dejen a los investigadores hacer un modelo similar a los países que funcionan bien y que lo mantengan muchos años. Localmente lo haremos mucho mejor, ya que lo único que necesitamos es que nos dejen trabajar. Globalmente iremos poco a poco cambiando el sistema, pero todos juntos.  





En resumen tenemos una propuesta dogmática y anacrónica. Que pretende ahorrar dinero público pero es posible que cueste mucho más. Que nos aislaría del mundo y nos haría retroceder a una época oscura que llevamos más de treinta años intentando superar. 

Por suerte no saldrá adelante, pero además tenemos que saber que no sería bueno que lo hiciera. 

12 comentarios:

  1. Y aun así, ¿no deberíamos hacer algo para librarnos del control de unas pocas empresas privadas sobre las publicaciones? Una propuesta más desarrollada, que quite tonterías de esta como lo del inglés y se haga a nivel internacional no me parecería nada mal.

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  2. Como todo, nada es incierto ni cierto, sobre todo en lo complejo del asunto. ¿Existe realmente un cierto colonialismo anglosajón en la ciencia (y en casi todo)? Pues si, y aunque es una muy buena disculpa la internacionalización de la comunicación científica, el trasfondo político colonial existe y no deja de ser el lenguaje del imperio. El que no haya más remedio que usarlo, no quiere decir que no se intente hacer valer el resto de las culturas e idiomas, también en la ciencia. Probablemente las nuevas tecnologías nos ayuden a dignificar todos los idiomas, y a combatir con seso la parte nefasta de la globalización, solo la nefasta.

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    1. No creo que sea ninguna disculpa. La ciencia está globalizada y los científicos necesitan compartir sus conocimientos para avanzar. Que tu veas mal que se utilice el inglés, pues vale, que se imponga el chino, o el español o, yo qué se, ¿el francés? Pero que exista una lengua común es importante a la hora de transmitir conocimientos. Ya pasó con el latín en su tiempo, y lo veo lo más normal.

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  3. Vuelta a la ciencia española como en los comienzos del franquismo. Estos totalitarios, que ademas son analfabetos, son un peligro.

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  4. No pertenezco a la élite científica: no aporto nada que no se conozca ya. Pero resulta del todo triste no poder acceder a los papers de referencia porque no trabajo para una institución de investigación y no puedo pagar 40 euros por 9 din A4 publicados en 1991.
    La propuesta no será buena, pero a mí, alguien con curiosidad científica de a pie, me da la esperanza de que podré leer lo que necesite leer sin la sensación de que alguien está ganando un dineral sin haber escrito ni una palabra sobre el tema.
    Disculpad, queridos científicos profesionales si acabo de decir una boutade. Sólo quería dar la opinión de alguien de la calle a quien le gustaría que disfrutáramos de lo que se investiga en las universidades. La etimología de esa palabra así parece indicarlo.

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    1. Pues entonces debemos potenciar la divulgación de la ciencia. Si eres una persona con una curiosidad científica que quieres satisfacer, mejor en este blog o en muchos otros que abarcan otros temas. Un paper está escrito para la 'elite científica', vamos para la 'gente de a píe' que se dedica a la ciencia.

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    2. Quitando las barbaridades, creo que la parte importante es esa, ¿porque algo que se financia con dinero público, ha de ser solo para las elites?. Es un razonamiento, cuanto menos, curioso, y personalmente creo que peligroso, se parece bastante al razonamiento que hacen los políticos cuando se gastan los impuestos y no dan explicaciones. La difusión del conocimiento, personalmente, creo que debe ser universal (en idioma que sea) y libre, independientemente de que la gente no lo entienda (si no lo entiende, no lo leerá, pero quizá haya alguien que si).... a no ser, que estemos hablando de 'Como fabricar una bomba por menos de 2000 dolares' (aunque luego no funcione).

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    3. Muy de acuerdo con el análisis de Daniel Manzano. Por supuesto, la tiranía de los grandes grupos editoriales está ahí y debe ser corregida. Obtienen ganancias de cientos de millones de dólares anuales beneficiándose de investigaciones realizadas con dinero público y que no revierte ni en los propios investigadores ni en las Instituciones a las que están afiliados. Todavía resuena la justa polémica encabezada por Tim Gowers hace 4 años acerca de la vergonzante explotación de "referees" llevada a cabo en revistas de grandes editoriales que ganan cientos de miles de euros anuales solamente en descargas de particulares o suscripciones de Instituciones académicas.
      De la lista JCR puede aseverarse algo parecido. De hecho, hay publicaciones que incumplen alguno(s) de los requisitos de dicho informe y siguen presentes en la lista, por no hablar de publicaciones que no se explica el porqué figuran allí recogidas. Sinceramente, uno sospecha a veces lo peor acerca de la imparcialidad de esa lista. Otras publicaciones, con más meritos, pugnan por entrar casi desesperadamente en esa especie de "club exclusivo". Pero de ahí a retroceder un siglo, negar el carácter actual de lengua franca del inglés (quién sabe si dentro de 150 años no lo será el chino), acudir a agencias centralizadas de evaluación como si de una ANECA para publicaciones se tratase, etc., entra ya en el terreno de lo rancio. Como bien dice el autor del blog, que dejen a los propios científicos autoorganizarse y que los políticos dejen de meter sus interesadas e ignorantes narices en asuntos en los que tienen tanta idea como de las diferencias entre bacterias y arqueas.
      Enhorabuena por esta entrada y por el blog, en general.

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    4. Yo desde mi humilde opinión creo que lo que sería proponer es:
      1 Quitar el IVA a las publicaciones científicas para que sean más accesibles.
      2 Subir al máximo el IVA a las publicaciones que no aportan nada como revistas del corazón y demás programas de TV inútiles.

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    5. Todas las propuestas que hagamos desde nuestra humilde posición de ciudadanos de a pie tienen más sentido que cualquiera de las que los partidos políticos, sean de la inclinación que sean, hagan en periodo electoral o fuera de él, ya que siempre habrá intereses espurios detrás.
      Pero tal y como está montada nuestra sociedad, cualquier movimiento en el sentido que indicas, estoy completamente segura de que desembocaría en un desorden social de un alcance que nada de lo que hasta ahora ha ocurrido con el tema de la corrupción, el paro y la crisis, ha sido capaz de provocar. Es el opio del pueblo del que estás hablando, Javi. Y ese no lo van a tocar.

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  5. Poco importa la relevancia que tiene el conocimiento cuando eso lo deciden pseudociencias como son la economía, la política y la legislación.

    Ninguna de ellas basadas en el conocimiento del mundo, sino en las creencias de ideales indemostrables que no se sostiene en los hechos reales.

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